viernes, 14 de diciembre de 2012

Títeres

Amar es el ejercicio del corazón,
Se entrena para el trote,
Para enfrentarse al mundo sin razón,
Se entrena ciegamente, sin moverse.

Lo que no nos dicen al nacer es que firmamos un contrato,
Contrato donde nos dejan vivir sólo si vivimos a alguien más.
Pero abajo (en esa esquina inferior de la vida que nunca observamos),
Yace en letras pequeñas una oración, la cual lee: "Te enamorarás".

Firmamos ciegamente,
Avisando sin avisar al corazón para que estrene el entrenar,
Latiendo comienza todo,
La perpetua caída.

Alguien que le diga al ilusionado,
Alguien que le advierta,
Que le griten, por favor, que la vida se lo lleva,
Que a quien quiera, consigo se encarcela.

Y comienza el baile, encerrados en una burbuja de sueños,
Atrapados en un campo de sentimientos,
Un espejo de dos vías para que el mundo observe como danzan, como se convierten en víctimas de la vida, del amor.

Y aquél victimario, acelerando corazones de encuentra,
Calculando los desamores a destiempo,
Subiendo los desniveles del querer en desmesura,
Entretejiendo, a pulso fino, la miscelánea.

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