viernes, 14 de junio de 2013

Minuto a minuto

Increíble como el tiempo pasa; y con él, las emociones, distintos momentos e inspiraciones. 

El tiempo se regocija en relatividad cuando nos despistamos, pestañeamos y nos atrasamos. Soñamos y nos eternizamos. 

El tiempo es un arma de doble filo; cura heridas es cierto, pero también puede que las oculte solo para ser descubiertas y revividas meses después. 

El corazón no conoce de segundos, no conoce de cronologías. Sólo se nada en un lenguaje, un amplio minutero que late en algarabías. 

Pasamos la vida pensando que lo único que importa es tener alguien a nuestro lado, alguien con quien compartir, alguien a quien besar. Cuando en realidad lo que deberíamos aprovechar es el presente que poco a poco derrochamos buscando un ente en nuestra mente. 

Curioso el tiempo, curiosa su manera de actuar. En un momento nos perdemos y en otro dejamos de pensar. 

Curioso el corazón, curiosa su manera de latir. En un instante nos enamoramos y en otro vemos a esa persona partir. 

Increíble como el tiempo pasa; y con él, las emociones, distintos momentos e inspiraciones. Increíble como todo cambia, como todo se arma, desarma y deshace. 

Increíble como a pesar de todo te pienso, enalteciendo la irrelevancia del tiempo en el presente momento. 

Pues el querer no se limita a una hora, el querer no se comprime en un reloj, el querer no se confina a un absoluto, el querer es terco y se desprende del minuto a minuto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario